Paraguay: LA CRECIDA DEL RÍO ALCANZA 7,61 M EN ASUNCIÓN, LA PEOR RIADA DESDE 2000 - Las aguas del rí
La crecida alcanzó ayer una altura de 7,61 m en el puerto capitalino, según la Dirección de Hidrografía y Navegación, con lo que supera la marca que se registró en el año 2014, cuando llegó a los 7,38 m, la peor crecida desde el 2000. El pico más alto de crecida fue en 1983 cuando alcanzó 9,10 m.
Un panorama desolador se tiene en diferentes puntos de la capital, con calles que presentan un paisaje similar al que se tiene en Venecia, Italia, donde se cambiaron los vehículos terrestres por canoas.
A esto se suma que la anegación ya está en la esquina o a las puertas de numerosas residencias con la evidente preocupación de las familias ante la incertidumbre de no saber si el caudal se va a detener o si seguirá en aumento, obligándolas a salir en busca de lugares más altos y secos.
Sobre la calle Teniente Bozzano, tanto en el acceso del Club Deportivo Sajonia como en otros comercios particulares, se vio a mucha gente amontonando bolsas de arena o construyendo pequeños muros de contención, con la esperanza de que las aguas se estacionen o retrocedan en los próximos días.
La referida institución tiene el 40% de sus instalaciones inundadas, de acuerdo con lo expresado por su presidente, Juan Carlos Prono, quien dijo que con ocho motobombas evitan hasta ahora que las actividades en la parte restante paren por completo.
Solo las personas que tienen viviendas de dos plantas son las que se mantienen todavía en las áreas anegadas, movilizándose con botes o con lanchas a motor para salir a comprar alimentos o productos de primera necesidad.
contaminación. Otra característica de la inundación afecta directamente la calidad de vida de los vecinos de las zonas, debido a la generación de grandes cantidades de basuras que se acumulan en la vía pública o flotan en un líquido pestilente conformado por el caudal del río y efluentes cloacales que desembocan en su cauce.
Olores nauseabundos se esparcen por estos puntos ribereños ante la enorme cantidad de materias en descomposición en vertederos clandestinos en los cuales se arrojan hasta animales muertos.
La proliferación de todo tipo de alimañas, como moscas, mosquitos e insectos ponzoñosos, además de víboras venenosas, constituye un factor de quebranto para los ribereños, sobre todo en lo que respecta a la exposición al riesgo de contraer enfermedades infecto-contagiosas, principalmente de niños y de ancianos.
La situación no es tan alentadora en los refugios oficiales habilitados tanto por la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y la Comuna, puesto que sus calles internas también están llenas de desperdicios en mal estado y aguas negras que corren por los terrenos en declive y entre las precarias casas.
(Con Ultima Hora)